Te quiero, pero sólo como amigo
Las consecuencias del terrible efecto "te quiero como amigo". Así nos sentimos.
Como jorobados, caminamos por la calle ajenos a la alegría de los demás, con la última frase de la persona de nuestras ilusiones resonando todavía en la cabeza. Hay varias actitudes que pueden adoptarse en un momento así. Por un lado, resulta muy irritante la compasión a veces no demasiado disimulada que se esconde tras estas palabras, la autoridad moral que parece querer darse quien las dice, sobre todo si lo hace mientras nos mira con gesto comprensivo o nos acaricia el brazo -afectuosamente, eso sí. "Te quiero, pero como amigo" implica en realidad muchas cosas:
-No le atraemos físicamente. Se lo montaría con cualquier otro aunque no fuese una persona tan especial o no se comportase la mitad de bien que lo hemos hecho nosotros.
-Somos vulgares. Nos hemos salido del ámbito platónico al que debe circunscribirse necesariamente una amistad especial. Nos hemos pensado "cosas que no son". En cambio, la otra persona está por encima, ya que no ha confundido términos y demuestra que cree en la amistad pura.
-El otro tiene unas condiciones morales tan elevadas que no le importa perdonar nuestro fallo, incluso tratarnos con compasión por "lo mal que lo estamos pasando" y mirarnos con ojos de pena.
"¿Qué? ¿Qué soy muy buen chico y que me valoras por eso? ¿Pero qué es SETO?"
Muy pocas veces he optado por proseguir una amistad con alguien que me gustaba y no quería conmigo nada más. No le veía el sentido y me hubiera parecido poco sincero por mi parte. Normalmente, si de la amistad no queda nada después de que ocurra algo así, no es cuestión de rencor, ni de no saber valorar amistades especiales ni nada así. Por el contrario, se trata de un gesto de honestidad y, sobre todo, de boicot directo a quien cree ver amistades ideales donde no las hay. Me fastidian las cualidades de "mascota" que puede adoptar quien sabe que no atrae a quien sí le atrae. Y por otro lado, puesto que puede decirse que el otro no ha sabido valorarnos completamente -ya que se podría entender que una persona está compuesta tanto por su parte psíquica como por su capacidad de generar apetencias sexuales-, no es cuestión de perder el tiempo y sí de buscar a quien lo haga.
A veces resulta difícil romper con alguien tan decididamente. Pero estoy firmemente convencido de que seguir tratando con una persona que no nos quiere porque "valoramos su amistad" oculta, en realidad, la ingenua intención de que alguna vez, más adelante, se produzca un cambio de opinión que nos lleve a sus brazos. Me pregunto qué pensaríamos de alguien que, por ejemplo, se empeñase en entrar en un local donde no fuese bien recibido como cliente.
12 comentarios
Lena -
Para que quede claro de antemano, me baso en mi propia experiencia para defender mis argumentos.
Yo corté una relación de casi cinco años porque lo que sentía por mi pareja no era amor en el sentido romántico del término, era cariño y aprecio. ¿Le quiero? Sí, como amigo. Siempre me ha tratado bien y ha aguantado mis neuras -yo he hecho lo mismo con él-, así que le tengo estima y le deseo lo mejor, y si alguna vez necesita mi ayuda la tendrá.
Entiendo que para una persona que ha sufrido un desengaño amoroso sea difícil -o imposible- tratar con quien le ha hecho daño, pero no todos los casos del "te quiero, pero sólo como amigo" son un juego de poder y compasión con el que ha sufrido el rechazo. A veces pueden ser una muestra de honestidad.
Naty -
stivenson -
jennifer -
carlitos -
y aporten sus experiencias y consejos. x)
saludos
carlitos
artk -
solo keria decir esto !!!
.....
Pedro aular -
Nandox -
Mr. Glasshead -
Capitan Rhodes -
Aunque parezca mentira, a mí sí me ha gustado el post.
M. Glasshead -
Te aseguro que este artículo no es fruto de una decepción personal. Como bien sabes, siempre he abominado del desahogo sentimental y una de mis preocupaciones al escribirlo era, precisamente, que se tomara como algo así. Tu opinión me hace ver que quizá no he logrado mi objetivo. Lo que yo pretendía era reflexionar sobre el asunto, pero nada más. Precisamente, al sentirme separado de ese tipo de emociones me veía capaz de hacerlo desde una mínima objetividad.
Por otro lado, admiro "Borja Mari y Pocholo" porque es una película que, por primera vez en España, demuestra sin tapujos su admiración por los modelos norteamericanos, los imita y los adapta a la realidad española. Nada que ver con Torrente, que tira más hacia lo casposo, o con la vomitiva ISI/DISI. Está claro que no supera sus modelos, pero eso es pedir demasiado.
Un artículo sobre Ben Stiller sería ideal... pero demasiado largo para este tipo de formato. No podría contener mi entusiasmo! Quizá lo haga sobre algún aspecto concreto de su extraordinaria obra. Cómo no, si tú te animas, adelante! Te lo colgaría aquí.
Un abrazo, y espero seguir contando, como siempre, con tu sinceridad.
Jorge de Montemayor -
Dos últimos apuntes: comparar "Borja Mari" con cualquier película de Ben Stiller o Adam Sandler es una blasfemia. Aunque la peli de Santiago Seguro es simpática, no alcanza las cotas de genialidad de películas como "Zoolander", "Colega... ¿dónde está mi coche" o "Movida en el Roxbury". La reivindicación no debe confundirse con la exageración.
Y otra petición: para cuando una gran reivindicación de la obra completa de Ben Stiller para demostrar de una vez por todas que es el mejor actor cómico de los últimos veinte años.
Un saludo y nos vemos.