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MIS OBSESIONES

Mecano

Cuando era pequeño, tenía en mi cuarto colgado un póster de este grupo. Lo compré en un concierto que dieron en mi pueblo a finales de los ochenta. No es que me gustaran demasiado, y de hecho recuerdo largas noches en vela por terrores nocturnos, pensando en fantasmas y apariciones, con aquellas tres caras mirándome fijamente desde el papel.


El póster de mi cuarto era todavía más inquietante.

En los últimos tiempos, se nos avecina una nueva moda Mecano. Se ha reeditado su primer disco, circula una obra de teatro con sus canciones -escrita por uno de los integrantes del grupo, Nacho Cano-, está a punto de aparecer un recopilatorio con sus grandes éxitos y se ha publicado un horripilante disco de tributo. Así que me propongo revisar por encima el efecto Mecano, y reflexionar sobre si realmente tuvieron algún valor en el pop español aparte del meramente comercial.

No se trata de rasgarse las vestiduras si a uno le gusta saborear las mieles del pop y del rock y es fanático de los Beatles, los Beach Boys, Elvis Costello y músicos por el estilo. Como me gusta creer, en la sencillez está la verdad. Y mi impresión es que Mecano fueron buenos cuanto más simples eran. Creo que sus temas se pueden dividir en dos grupos: los buenos, breves y tontos -no muchos, aunque con ellos se puede hacer un recopilatorio demoledor-, y los aburridos, largos y pretenciosos -generalmente con reivindicaciones sociales o con aspiraciones poéticas. Aunque lo mejor es hablar de cada uno de los miembros del grupo por separado:

Ana Torroja

En Mecano era la voz ideal para las canciones: suave, agradable pero tampoco dada a las florituras. Ahora es una cantante insulsa, "ejecutora", ya que no compone, y suele aparecer en la televisión para promocionarse y hacer alegatos contra la piratería. No se puede decir de ella mucho más, siempre ha sido poca cosa.


No le compréis sus Cd's a los manteros. El mundo no merece que sus canciones se extiendan.

José María Cano

El cáncer de Mecano. De hecho, el grupo empezó a hacerse auténticamente popular y "superventas" a partir de que sus canciones se convirtieron en singles. Es el perpetrador de pesadillas como "Hijo de la luna", "Cruz de navajas", "Me cuesta tanto olvidarte", "Eugenio Salvador Dalí" y coñazos por el estilo. No es más que un Alejandro Sanz con querencias artísticas, y curiosamente esto es lo que parece gustarle a la gente. Da la impresión de que, a un ciudadano medio, escuchar uno de sus temas le genera la sensación de ser listo o, al menos... culto, y de que sabe valorar el arte. En el mundo de la literatura, podría hacerse el correlato con Milan Kundera. En fin, un autor casposo, cutre, pretencioso y con vitola de "artista" para el gran público, del que sólo puede añadirse que, en la culminación de sus desvaríos, compuso una ópera que no le gustó a nadie.


Junto a Plácido Domingo, dirigiendo una orquesta porque es un artista. Aunque con barba parecía un tío más profundo.

Nacho Cano

El auténtico alma del grupo. Al igual que sin José María Cano, Mecano sería hoy mismo un grupo de culto, con una consideración similar a Nacha Pop o Derribos Arias, sin Nacho Cano sería aún peor de aquello en lo que se acabó convirtiendo. En efecto, Nacho Cano firmó las únicas canciones que merecen la pena del grupo: composiciones sencillas, tremendamente pegadizas y rápidas, cuya absoluta falta de pretensiones queda patente en las letras:

Voy hacia la pista de baile,
que situación, que situación,
no tienes un cigarro,
me puedes decir la hora,
vienes a la discoteca sola.

("Las curvas de esa chica")

Aquella noche fue un desastre,
no me comi un colín,
éstas son sólo un par de estrechas,
nos fuimos a dormir.

("La fuerza del destino")


Pese a estas pintas, es el Brian Wilson español.

Mecano empezó a terminar cuando, como hemos dicho antes, las composiciones de José María tomaron el mando y llevaron al grupo hacia un callejón sin salida. Fuera quedó la diversión por la diversión de Nacho, sus bailes absolutamente fuera de lugar y sus letras auténticas por derecho propio. Y he aquí la gracia de este grupo, y su mayor logro: un conjunto de unas doce canciones vibrantes -"Maquillaje", "Hoy no me puedo levantar", "No controles", "No tienes nada que perder", etc.-, para nada ridículas si son escuchadas sin complejos, de pop sencillo y directo. El misticismo, la poesía barata y los temas largos y autocomplacientes vinieron después y son absolutamente prescindibles.

Terminaré este post con un párrafo de Rock de Lux extraído de su selección de los 100 mejores discos nacionales del siglo XX, que hace referencia a una de las canciones de José María:

"Neoclásico, romántico y muy pulido con las rimas, en la tercera de ellas José María equilibra con un estremecedor resultado poética académica y melodrama cotidiano. Cruz de navajas podría ser una fotonovela o una tragedia griega."

¡Toma ya! ¿Cómo he podido decir esas cosas de él?

Adolescencia e instituto

La adolescencia suele ser un periodo idealizado de la vida. Se tienen muchos amigos y llega una gran cantidad de nuevas experiencias, todo en un marco de diversión en el camino hacia la madurez. Pues bien, la mía no fue así. En mi caso, se trató de un periodo gris en el que no sólo no lo pasé bien, sino que acabé odiando el mundo en general.


Este chaval era experto en Magic. Le sabló miles de cartas a todos los friquis del instituto.

Mi adolescencia tuvo lugar a mediados de los años noventa, cuando el grunge extendía sus redes y la gente flipaba con el Unplugged In New York de Nirvana. Primero de BUP era todavía una continuación de octavo, y la ingenuidad infantil lo hacía todo divertido y despreocupado. Sin embargo, en segundo empezaron los cambios, que venían marcados por un auténtico simulacro de la vida real. Tácitamente se formaron dos grupos, a cuya influencia, salvo rarísimas ocasiones, era muy difíl escapar: los enrollados y los friquis. El primer grupo estaba formado por dos clases de estudiantes: los auténticos gañanes en los estudios cuya única habilidad eran los deportes, y los que iban de hippies, fumaban porros y se suponía que no aprobaban porque eran unos vagos. Todos ellos estaban muy bien considerados por los profesores y eran los auténticos protagonistas del instituto, los más conocidos.


Preparados para hablar contigo de manga a la hora del recreo.

El segundo grupo, el de los friquis, era completamente distinto: en él se agrupaban todos los feos, los mal vestidos, los que no cuidaban de su higiene o sacaban muy buenas notas y demostraban preocuparse por tener un mundo interior. Se llegaba a este grupo por una especie de selección natural, y nadie se sentía orgulloso de ser parte de él. Por el contrario, todos ellos envidiaban a los enrollados y hubieran dado cualquier cosa por cambiar de estatus. Pocas veces salían al patio a la hora del recreo. Conscientes de su monstruosidad, y de su irrelevante papel en la vida del instituto, preferían quedarse en clase jugando a rol o hablando de videojuegos o del incipiente manga.


Dos de las chicas guays de la época. Aunque mirándolo bien, la de la izquierda parece un tío con peluca.

Yo pertenecí a este grupo. Por un lado, me sentía muchas veces un apestado y tenía ganas de abandonar ese pozo oscuro, ser guay y ligar con chicas. Pero por otra parte, no tragaba a los enrollados. Me parecían unos patanes absolutos y hubiese apretado cualquier botón para aniquilarlos. De todas maneras, tenía la misma sensación cuando me relacionaba con el grupo que me había tocado. Eran muy buenas personas, pero no soportaba sus intensas charlas sobre cómic japonés o sus aburridísimas partidas de las cartas de Magic. Jamás me gustaron estas historias, símplemente intenté adaptarme a lo menos malo. Además, las chicas guapas estaban en el otro lado. Las chicas del grupo de los friquis eran generalmente horribles, pero vamos, lo mismo que nosotros. La falta de habilidades sociales desarrolladas, la carencia de algún tipo de atractivo físico o una torpeza absoluta en la hora de gimnasia hacía que realmente hubiera que mirar al interior de las personas y valorarlas por cómo eran. En realidad, era algo más sincero que lo que ocurría con los guays.


El pesado de la informática, proyecto de Bill Gates.

Si de algo me alegro es que con la mayoría de estos enrollados ocurrió dos cosas: o jamás superaron el bachillerato (su mundo ideal, donde eran los reyes y de donde no querían salir), o se dieron el batacazo en la universidad, en la que, rodeados de mucha más gente con mayor grado de madurez, se vieron reducidos a lo que realmente eran: unos ridículos incapaces de aprobar las asignaturas de primer año, soñando cada noche con regresar al instituto, donde vivieron sus años dorados.

Lo peor (1). A Patch's life

Podríamos hablar de A Patch's life como la página web de una aspirante a Maruja Torres. Y esto no pretendemos señalarlo simplemente como una influencia, sino como una muestra de su carácter listillo-ingenioso desde la óptica de una mujer. Pero antes expliquemos un poco su historia.

Empezó siendo un blog en el que esta chica colgaba los mails que enviaba a sus amigos desde Italia, donde estudiaba. Poco hay que decir sobre el dudoso interés de esta etapa, que se circunscribía básicamente, como ya se ha dicho, al ámbito de sus amistades. Poco a poco ha ido adoptando un carácter de weblog "profesional", y así las enumeraciones de "cosas que he hecho a lo largo del día" -aunque todavía de vez en cuando recae- dieron paso a artículos enrollados, tests de distintas clases y escenas de su vida cotidiana.


Un logo enrollado.

Y he aquí donde este blog alcanza su verdadero carácter, y el motivo por el que lo hemos puesto dentro de la categoría de lo peor. Más que probable admiradora de Maruja Torres y de Maitena, su autora muestra una evidente habilidad para, al igual que sus ídolos, hablar en tono gracioso de asuntos que no pueden interesar ni hacer sonreír a nadie con un mínimo de inquietudes personales, más allá de los lectores de yonkis.com y páginas del mismo tipo. En la mayoría de sus artículos adopta una situación cotidiana cualquiera y, al más puro estilo de El club de la comedia, busca a partir de aquí la complicidad del lector cuando, en realidad, no tiene nada que ofrecer. Una muestra:

"Lección número 1: no digáis que sí a todos los planes si no sabéis exactamente a qué estáis diciendo que sí, porque el sábado acabé en una discoteca."

"¿Pues POR QUÉ MI MADRE SE EMPEÑA EN PASAR LA ASPIRADORA LOS SÁBADOS Y DOMINGOS POR LA MAÑANA? La verdad es que me llama la atención ese gen que tienen los progenitores, que podríamos denominar 'el gen aspiradora'."

"Llevaba una lista con doce o quince artículos (ítems, para los que estáis familiarizados con ese lenguaje) y luego compras mucho más, sobre todo cosas de chocolate."

El estilo ingenioso-vacío es fácilmente detectable, por varias circunstancias: el empleo deliberado de la segunda persona y de la pregunta retórica, momento en el que sólo falta que alguien añada unas risas enlatadas. Métodos efectivos si se quiere buscar la risa fácil del aficionado a Siete vidas. Pero nada de talento original. Simplemente se trata de humor sencillo para marujas.


Calvin y Hobbes también son habituales de A Patch's life.

¿Qué más? Normalmente, estas "bromas" toman como punto de mira a personas que son ridiculizadas en sus actitudes, casi siempre generalizando y dando por sentado el "yo no soy así" que revela un hondo resentimiento social. Exactamente lo mismo que las ya mencionadas Maitena y Marujas Torres, aunque ellas al menos se aprovechan económicamente de crearse a un público femenino rencoroso. No hay más que citar la obsesión que esta chica parece tener por las "Jennys" y los "Andys" (suponemos que cualquier adolescente normal de instituto, aunque ella trate de etiquetarlos para darles un matiz de garrulismo), o peor aún... por los catalanes, pueblo del que escribe varias perlas a lo largo del blog:

"VUELVO A MADRID EL DIA 20!!!!! Porque he pillao una oferta super economica, para llegar de Florencia a Barcelona. Si, vale, de Barcelona a Madrid es otro cantar, pero por lo menos ya estoy en Espana (yo si que considero a los catalanes espanoles, aunque ellos se nieguen a admitirlo)". Obviamente, todos los catalanes, según su opinión, se niegan a admitir que son españoles.

(En una lista de cosas que debe hacer): "Aprender catalán (mis compañeros son catalanes y ¿a que no adivináis en qué hablan entre ellos a pesar de estar en Madrid?)." Por supuesto. Porque los españoles, cuando viajamos en grupo a Inglaterra, Alemania, Pekín o donde sea, hablamos entre nosotros en la lengua del país de destino. Menuda desconsideración la de hablar entre sí en la lengua en que se suele hacer.


El alcance de A Patch's life es tan amplio que frecuentemente se habla de patatas. No es broma.

No comentaremos demasiado esa extraña costumbre postadolescente de trufar los blogs con tests inútiles en su minuciosidad, algo que en A Patch's life también abunda. Sin embargo, sí hablaremos de la nostalgia barata de la que suele hacer gala, al estilo de la peor vertiente de Viruete.com -cuyo autor, afortunadamente, se esfuerza en rehuir siempre que puede-, así que nos encontraremos con múltiples artículos sobre los pastelitos que se comían en el colegio, los juegos del patio de recreo o los dibujos animados de por entonces.

He aquí una última anotación tomada del blog del que hablamos:

"Prefiero echarme unas risas o que me cuenten algo a leer pajas mentales que suenan a seudoliteratura."

Frase llena de lucidez sólo si no es aplicable al espíritu de su blog; ya que algo divertido no lo es si únicamente se ríen el autor de la gracia y, como mucho, un par de amigos más... O gente con un sentido del humor adaptado a las costumbres de los tiempos y que no pueden escuchar más de dos frases de Fuentes y Cía sin desternillarse.

Como contrapunto, diremos que no parece mala chica y que, al menos, tiene un estupendo gusto musical.

El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo

En la sencillez está la verdad. Y según mi criterio, El asombroso mundo de Borjamari y Pocholo es la mejor película española de los últimos diez años. Ni Almodóvar, ni Garci, ni el palizas de Amenábar. Tenemos ante nosotros una obra honesta, sincera, que no pretende ser más de lo que es, y que funciona al 100% dentro de sus coordenadas. Estos parámetros, obviamente, no son otros que divertir, sin más. Los mismos que guían el trabajo de los dioses del humor norteamericano: Ben Stiller, Owen Wilson y Adam Sandler.


En la pista de esquí, con unos sofisticados modelitos.

De hecho, este film es simplemente el intento de recrear el mundo de Zoolander y Dos tontos muy tontos, pero a la española. De la primera toma unos personajes especiales y ridículos en su ceguera. De la segunda, la descontextualización entre los protagonistas y el entorno, el motor básico de todas las bromas. Y de las dos, la trepidante sucesión de gags que no descansa a lo largo de todo el film y que, en esencia, es lo que hace de ellas auténticas obras de arte.

Esta película puede servir de buen filtro para discernir a un crítico objetivo y desprejuiciado y al que no es más que un patillero, un impostor, alguien incapaz de opinar más allá de lo que generalmente se considera "buen gusto". Por ejemplo, basta con leer un fragmento de la vomitiva crítica de Aloha Criticón (www.alohacriticon.com), que dice que la película tiene un "vergonzoso guión, con un humor tontolabiano que podría ser válido si incidiese, como tendría que ser, con fiereza, locura e ingenio, en la sátira". No pone el nombre del autor de la crítica, y no me extraña, pero lo que viene a explicar es que la diversión nunca es válida en sí misma. Todo debe tener una justificación moral o intelectual porque, si no, no se está haciendo nada "inteligente", nada que merezca ser visto por la pandilla de "listos" que puebla nuestro país.


Intentando ligar en el Aguacates.

Y lo que muestra esta obra es, ni más ni menos, las aventuras de dos pijos madrileños que no han sabido evolucionar desde los ochenta, y que ahora viven desplazados en los primeros años del 2000, ajenos a los incidentes que causa la desconexión entre su filosofía de vida y la realidad. O lo que es lo mismo, se hace uso de uno de los más efectivos mecanismos del humor, ideado en la, por otra parte, soporífera y sobrevaloradísima novela El Quijote. No se intenta ser crítico con la tribu urbana de los pijos, ni mucho menos, sino que los abundantes tópicos sobre los mismos son usados con un único fin que ya hemos apuntado antes: divertir, provocar la carcajada fácil y primitiva.

Los gags hacen gala de un humor a cada cual más barato, fácil y grosero. Pero aquí reside su encanto y, por otro lado, dentro de su sencillez son ingeniosos, no descienden de nivel a lo largo de toda la película. Hay muchos momentos destacables: la broma del agujero en el bolsillo, las collejas en la pista de esquí, la extraodinaria conversación en el coche ("Paloma, para porque Pocholo tiene que tirar los muñecos"), las continuas y muy logradas risillas de los protagonistas y, cómo no, el estupendo flipe final en el concierto sorpresa de Mecano.


Aún viven con sus papás, porque optaron por la vida canalla.

El estilo de esta película, que ignora la horterada española de siempre (por poner un ejemplo, la diarreica Isi/Disi, donde, como no podía ser de otro modo, Sabina tiene un lugar destacado), se fija en los modelos norteamericanos para conseguir a dos personajes rebosantes de carisma. Ádemás, hace gala de una envidiable sucesión de gags que provocaría la envidia de cualquier mediocre guionista de Siete vidas, asentados sobre una ligera excusa argumental que, sin embargo, se amolda perfectamente al espíritu del film.

Que aprendan los listos.

Para alguien...

Recopilación de frases algo ingenuas, pero llenas de sentido:

Para mi pequeño mueblecito de Ikea
Para mi mañanito de Bollicao
Para mi pequeño granizado de limón
Para mi nube de fresa
Para mi palito de regaliz

Todo eso para ti, y porque cada día que te veo es un día de otro tiempo.

Esta noche ha tocado el Celtic. Como ya dije en otro post, se trata del único bar de mi pueblo que permanece abierto más allá de las dos. Ha sido otra vez lo de siempre. Cubatas y diversión. Y también preocupación por mi salud, algo que no puedo quitarme de la cabeza. Además el día 4 tengo que acabar un relato para una página web, y ya tengo la idea, incluso el desarrollo, pero aún no me he puesto a escribir. No sé ya si me dará tiempo, sino si lograré lo que me propongo. Mañana, para compensar esta anotación chorra de hoy, quiero escribir un post sobre una gran película que he visto hace poco, y que me gusta porque es pasto de esos críticos que se creen muy listos.

Pero nada va a ser tan gratuito. He aquí otra entrega de la serie Negros, feos e inquietantes:


John Williams. 1892-1927. Condenado a muerte por la tortura y asesinato de 12 personas en el condado de White Pine, Alabama, entre 1910 y 1925.

Lo mejor (1). La web del francés

En esta sección que inauguro trataré de dar mi filtro sobre lo que vale la pena de Internet. Obviamente muchos no estaréis de acuerdo, pero al menos aporto razones.

Y el primer puesto de lo mejor lo consigue nada menos que Joan Antoni Estades de Moncaira,o lo que es lo mismo, el francés, famoso por las entrevistas que le ha hecho Javier Cárdenas y por sus intervenciones en Crónicas Marcianas. Es francés, habla como un francés... pero él se empeña en decir que es mallorquín...


El francés es el de la derecha. Aquí está con un colega.

La falta de criterio llama a la risa de cualquier individuo de aspecto extraño que se nos ponga delante. Esto es lo que ocurre con el francés, al que directamente se le da un trato de subnormal. Nada más lejos de la realidad. Una visita a su sitio web sirve para sacar de dudas. Entre fotos de putero y poemas a las chicas, encontramos reflexiones que, aunque suelen tener un sesgo marcadamente cristiano-derechista, por no decir que a veces fascistoide, no son tonterías sin ton ni son. Por el contrario, se trata de discursos articulados, eso sí, en torno una dudosa ideología. Pero recordemos que el francés procede de un linaje de alta alcurnia. Además, todo pasa por el tamiz de su peculiarísimo estilo. He aquí una muestra, hablando él mismo de uno de los artículos:

"El texto es largo y tendido Un verdadero rollo. Obviamente, el hidalgo y putero servidor vuestro, no lo ha escrito (salvo algún comentario intercalado como podrán comprobar) pero como católico y cristiano que es y por puro sentido practico y común lo aplaude."

Los temas de los artículos son de un retorcido interés y no tienen desperdicio: diez propuestas para salvar la moral, el francés se quiere hacer donante de semen, una respuesta a dos chicas jóvenes que le ofrecen placer, consejos si se va de putas, etc.


El francés poniéndose las botas.

En esta web podremos ver fotos suyas de niño o de la época en que era joven (parece que hace muchos, muchos años). Y una sección titulada "De friki a friki", en la que nos presenta a sus amigos, auténticos especímenes de feria en los que él destaca su color humano. Igualmente, está montada en forma de blog y todos sus artículos o fotografías (generalmente junto a putas) incluyen comentarios de internautas que hacen referencia muchas veces a la fealdad del francés, pero que a pesar de todo no dejan de constatar cierta admiración.

Ya vale de ese sentido común popular que implica reírse de los que son diferentes y considerarles tontos, cuando en realidad, como mucho, son "poco enrollados". "Poco guays". Me alegro de que gente como el francés aproveche los medios de comunicación para reivindicarse y, de paso, reírse a lo grande de la gente que se ríe de ellos.

La selección es cutre. Oleguer es mi héroe

Hace unos días que en la televisión están muy pesados con el tema de la selección. Me fastidia mucho cuando la selección tiene partidos, por dos motivos básicamente: primero, porque no hay liga. Y segundo, porque no me interesa en absoluto esa pandilla de cazurros. Me remiten a un concepto de España casposo, basado en valores como la "casta" y el "pundonor" (que es lo que hay que valorar cuando se carece de talento). Si yo fuese jugador, me negaría a vestir la camiseta de algo tan cutre. Encima, con el escudito de España.

No entiendo a los seguidores de la selección española. No comprendo cómo alguien puede motivarse siguiendo a un equipo que, en el mejor de los casos, no pasará de cuartos de final. Se trata de un concepto todavía aferrado a la España profunda, la que está lejos de Europa y del desarrollo. Por eso España nunca podrá compararse a la selección francesa. Le falta mucha clase.



Este tío es un viejo. Un gañán inmovilista que nunca va a cambiar la dinámica de la selección. Apuesto lo que queráis a que con él seguirán las lamentaciones y el "merecimos ganar pero perdimos". Aunque, por otro lado, la selección no merece nada demasiado mejor. Se trata del típico carácter español: sin talento, sin inteligencia y voluble a la "opinión popular", pero eso sí, con mucha casta.



Éste es una niña. Un delantero acabado al que los medios se empeñan en ensalzar diciendo que representa "el alma de la selección" (y yo me pregunto: ¿qué es eso?), y cuya máxima función es animar a los demás cuando España va perdiendo (algo bastante frecuente, a no ser que jueguen contra los chinos). Es el delantero perfecto para una selección y un país que cree más en la fuerza bruta, en la emoción, que en hacer las cosas bien. Pero... ¡Spain is different! Y por eso el PP tiene tantos votantes.



Y he aquí mi héroe. Un futbolista del Barcelona que, según los rumores, se ha negado a ir a la selección. Y, según también los rumores, Luis Aragonés no le llamó en la última convocatoria para evitar la negativa por parte del jugador. Una persona seria que no quiere jugar con esos trogloditas africanos, que no sólo no "está orgulloso de ser español y de jugar en la selección" (el tópico por excelencia de todos esos jugadores sin talento), sino que lo rechaza porque él sólo se siente catalán.

¡No me extraña!

Me enamoré de una chica a la que le olía el aliento

Tener mal aliento es un estigma social, es uno de los factores desencadenantes del rechazo. Nadie quiere hablar con quien parece que abra la tapa de una alcantarilla cada vez que te dice algo. Sus causas pueden ser múltiples: desde no cepillarse la lengua, a una caries o, en los casos más agresivos, problemas intestinales.

Pero el poder del amor lo puede todo. Y ya no hablo de quitarle importancia al mal aliento de la chica que te ha encandilado, sino todo lo contrario. Me explico. Hace unos meses estuve muy colgado por la recepcionista de mi gimnasio. Esta chica me dio cuerda y jugueteó conmigo lo que quiso -a pesar de que tenía novio-, lo necesario para generar en mí una malsana obsesión que se incrementó a medida que ella se alejaba. Pocas veces lo he pasado tan mal emocionalmente, con lloros e insomnios constantes. Pero lo importante no es esto, sino el hecho de que a ella le olía el aliento.

Las primeras veces que empezamos a quedar su aliento ya me insinuó algunas pistas, en forma de discreto olor a cubata mezclado con jugos intestinales de más. Se trataba, sin embargo, de algo bastante soportable. Recuerdo especialmente una mañana en el gimnasio, en la que ella se acercó a hablarme. De su boca salía un olor extrañamente repulsivo, es decir: lo suficientemente intenso como para considerarlo agresivo, pero no tan nauseabundo como para caerse de asco. Por aquel entonces yo la veía como un objetivo bastante fácil, y llegué a plantearme seriamente si me iba a apetecer tener una novia con esos problemas de basurero bucal.


Era guapa, pero le olía el aliento.

Enseguida me di cuenta de que las mañanas eran el peor momento del día para hablar con ella. Su olor corporal era muy característico y me resultaba bastante agradable, pero era imposible evitar llevarse de regalo un intenso aroma a estómago vacío, lleno de jugos que desean ingerir algún alimento pero que se contentan con trepar por la garganta y salir con cada golpe de aire. Y he aquí lo curioso del asunto: con el paso del tiempo, y a medida que mi dependencia hacia ella se incrementaba, no sólo logré que no me diese asco este olor, sino que llegué a pensar que me gustaba. Es decir, que era una de las cosas de ella que me daban morbo.

Así que esto es una prueba evidente de que un enamoramiento obsesivo es enfermizo y trastorna en exceso. Estuve enamorado de una chica a la que el aliento le olía como los pies de un indigente en una caja de ahorros. ¡Y me gustaba!

Sólo quiero añadir que hace unas horas he tenido un ataque de hipocondría que no me ha gustado nada, y que debo aprender a controlar esta clase de pánicos, porque si no voy listo. ¡Ah sí! Y que desde ya soy fan de la nueva edición de La granja de los famosos, más que nada porque participa uno de mis mayores ídolos: el siempre infravalorado y despreciado Arévalo.

Gente repulsiva

Escribo este primer post situado entre dos frentes personales; por un lado, la intensa preocupación que de un tiempo a esta parte mantengo por mi salud, que no es lo que era y me temo lo peor. Y por otro lado, un gran alivio por comprobar que la obra que estoy traduciendo no es tan larga como pensaba, y la tendré lista a tiempo y sin agobios.

Pero antes que nada hay que hacerse un próposito de camino, e indicar lo que será este blog, más o menos. Lo que van a encontrar aquí sus lectores. Desde luego que incluiré reflexiones personales, pero tratando de superar el ombliguismo en lo que me sea posible y hacer que lo que cuente tenga un mínimo de interés. También quiero, de vez en cuando, indicar qué es lo mejor y lo peor en el naciente universo de blogs, siempre desde mi propia óptica. Y obviamente, lo bizarro va a tener un papel preponderante... Porque me gusta lo deforme y enfermo.

Al menos esto me propongo, pero claro... Luego haré un poco lo que me apetezca... Me conformo con actualizar esto con algo de asiduidad, cosa que no hice en mi anterior página web, que pereció muerta de asco. O con que nadie se ofenda demasiado, lo cual me ha sucedido con la mayoría de mis proyectos por Internet y ha dado al traste con la mayoría de ellos.

De hecho, hoy quería escribir sobre algo concreto. Sobre un tipo curioso que conocí el otro día. Había decidido pasar la noche en casa trabajando, pero caí en la tentación en cuanto me llamaron mis amigos para que fuese a cenar con ellos. Llegué bastante tarde (la impuntualidad es uno de mis rasgos naturales). Ya habían terminado de cenar. En la mesa, entre los habituales, había un gordo, cabezudo y con gesto entre seguro, grosero e insolente. Hizo varias referencias a mi americana y a lo inteligente que yo debería ser por vestirla que no me gustaron en absoluto, y más teniendo en cuenta que no lo conocía de nada. Sin embargo, me encanta estudiar a freaks. Así que continué indagando en la personalidad de este especimen.

Entre algunos de sus rasgos, el más característico era cierta tendencia a la broma fácil pero pagada de sí misma, es decir, la que no es consciente de su condición de estupidez, sino que apela más bien al ingenio y a la admiración que debe despertar; algo que podría resumirse en la frase "Qué buena la broma que he hecho, cómo me he quedado contigo y qué listo soy". Me di cuenta de que se trataba de una persona que era incapaz de decir más de dos frases sin ofender. No podía controlar su tendencia a querer destacar, de manera que no le importaba que sus palabras barrenasen cualquier asomo de respeto de confianzas. Actuaba así con todo el mundo.

Después fuimos al Celtic, el único bar que hay abierto en mi pueblo a partir de las dos de la mañana. Jugué una partida al futbolín con este tipo, y se empeñaba en constatar que él era tan malo como yo, lo cual, al margen de que fuese o no verdad, y dado que apenas hacía una hora que lo conocía, evidenciaba de nuevo su incapacidad para un trato social más o menos respetuoso. Al final me escaqueé y él se perdió. La última noticia que tuve fue que lo habían echado por ponerse a fumar un porro en las escaleras del local.



Curioso individuo. Este tío me recuerda un poco a él, aunque claro, no era negro. La verdad es que esta foto da una especie de sutil mal rollo, ¿no?