El chico mesías
A veces me lo encontraba y me hablaba de su trabajo en un centro de tratamiento de la drogadicción. O veía los regalos que les hacía a sus amigos, regalos que eran algo más que un objeto, eran espiritualidad en estado puro: recopilatorios de música étnica con diseños hechos por él mismo, con recortes de ideas, reflexiones y pensamientos profundos, dignos de figurar en cualquier libro de Paulo Coelho o Susanna Tamaro. Dardos certeros dirigidos al alma, recortes de fotos de noches estrelladas y de trigales mecidos por el viento, palabras pulcramente caligrafiadas, trozos de cuerda y de telas y botones pegados. Cuando te hablaba, él era un mero soporte de las energías de la naturaleza, que llegaban a tus oídos en forma de enseñanzas misteriosas y eternas.
Un día visitó una página web en la que escribí hace años, y no le gustó nada. A mí, más dado a las banalidades y ciego a la senda del espíritu, me había dado por escribir un artículo sobre un hecho básicamente trivial. Una vez quedé con una chica y todo fue bien hasta que en el coche en el que íbamos montados -y que conducía el chico mesías- empezó a propagarse un inequívoco aroma a pedo. Yo no fui, pero en ese momento la chica se calló y no pronunció palabra en el resto de la noche. En el artículo simplemente llegaba a la conclusión de que quizá había sido ella y se sentía avergonzada. Tras leerlo, el chico mesías vino directo a mi casa y declamó un sólido discurso sobre el respeto a los demás, sobre mi dudosa moralidad y ética, sobre lo vomitiva que en líneas generales era mi página. Me exigió que directamente eliminase el artículo.
Borré el artículo de la chica del pedo y se fue a casa la mar de contento. El mesías me había revelado la verdad. Imposible no dejarse convencer por las palabras del chico que llora cada vez que pisa una hormiga. Actualmente vive en una casa en el campo y trabaja en una asociación de chicos subnormales. Su bondad, su comprensión y su tolerancia no tienen límites. Por eso he escrito este artículo dedicado a él, recordando su ejemplar figura, agradeciendo a la caótica vida que de vez en cuando aparezcan seres de este tipo que desde su estremecedora sensibilidad, nos enseñan los caminos del corazón.
11 comentarios
Jordan Flight 45 -
don luisito -
Por casualidad he llegado a tu pagina y me he quedado alucinado viendo la foto del chico mesias, es mi doble, pero juro que no puedo ser yo, no solamente no tengo alma de mesias sino que ni siquiera de martyr.
Cómo podría encontrarme yo con esa proeza del humanismo, como yo podría cruzarme con ese cúmulo de tópicos y de autosatisfaccion personal, cómo podría yo mirarme al espejo y teniendo presumiblemente la misma cara, sentirme tan bien en mi piel como el niño melón.
Hasta a mi novia le enseñé la foto y nos confundió, tengo que encontrarle, dios me envia esta señal....
PD: yo tengo menos barriga, sin animo de ofender a nadie y mandando un saludo desde aqui a todos los barrigones que son una gente maravillosa
bofifa -
En mi caso, creo que solía cabrearme más la estrechez de miras de la gente que se mostraba admiradora de estas personas, que les tachaban como héroes contemporáneos como conclusión de un argumento que yo no era capaz de seguir.
De todos modos, en los últimos años he cambiado de orientación, y mi intención es que la gente me ame por lo que soy, por ser un auténtico capullo. Por mis carencias en lugar de mis supuestos dones. La gente que realmente te conoce y te quiere creo que lo hace precisamente por eso, y siempre resulta mucho más divertido.
Mr. Glasshead -
Mr. Glasshead -
Lucinda: igual me equivoco, pero fue demasiado casual que pasara de hablar tranquilamente a parecer autista, con ese pedo de por medio. Y en lo que respecta al chico Mesías, me pone muy de los nervios cuando alguien dice de él "es muy sensible".
Coronel Kilgore: me gustaría ver cómo reacciona el chico mesías en una jungla rodeado por los ruidos de las Ak-47.
Coronel Kilgore -
Un saludo
Lucinda -
Me ha encantado la expresión "el chico que llora cada vez que pisa un hormiga". La verdad, como persona en ocasiones algo intolerante, a veces me sorprende ver cuánta gente como tu amigo el Mesías es tan o más intolerante que los mismos a los que critican.
Rutenman -
Rutenman -
Ah, su amigo es todo un ejemplo a seguir. Sólo le falta tocar la pandereta.
Un saludo y feliz año Glasshead!
Mr. Glasshead -
engelson -