José Rodríguez, el guapo
¿Qué oj pongo?
"Es muy buen chico", es otra verdad de consenso sobre él. Todo el mundo querría ser su amigo, o al menos caerle bien. Porque no hay nadie al que no le resulte simpático. Quizá una de las causas de esta simpatía sea su forzado acento malagueño, aunque nació en Cataluña y ha vivido aquí toda su vida (esto parece costumbre entre muchos jóvenes de mi pueblo). O sobre todo, esa modestia casi proverbial, ese no creerse nada ni mirar a los demás por encima del hombro. Posiblemente también sea un rasgo de su personalidad al que se ha llegado por consenso. Porque parece muy claro que se siente muy a gusto en su estatus de enrollado. No ha nacido para ser secundario, sino para protagonizarlo todo. Es el héroe, joven, guapo, un moderno Don Juan. Una vez me dijo en un pub: "En serio, Glasshead, yo hasta ahora he conseguido a cualquier tía que me he propuesto. Mira, tengo mi móvil lleno de números que podría usar si quisiera follar ahora mismo".
Pero se encontró con Rosa, una chica varios años mayor que él, y que no lo veía tan guapo, ni tan enrollado. De hecho, no quería saber nada de él, al menos al principio. Luego parecía que sí, pero José se mantenía cauto, no quería que nadie lo supiera, sólo los más íntimos. Sin embargo, en realidad lo sabía todo el pueblo, es más, juraría que él quería que lo supiera todo el mundo, pero de esa forma conseguía mantener su "magnetismo", su "dar de qué hablar", su "protagonismo". Hace poco el noviazgo se hizo oficial, o eso dijo alguien. Y la otra noche se me ocurrió decirle: "José, me han contado por ahí que estás enamorado". Respondió: "No". Y se giró. Todo héroe debe mantener siempre su halo de misterio.
Luego reflexioné, y me di cuenta de que José Rodríguez actuó como le correspondía. Un pueblo debe tener siempre sus héroes, sus ejemplos para seguir, sus ídolos, y no está bien ir diciendo que a uno le gustan esas cosas, aunque lo sepan todos. A la gente no le importa, él sigue siendo un tipo sincero, buen amigo, simpático, ligón y humilde, las chicas caen rendidas en sus brazos ante todos estos valores tan nobles y arrebatadores. Se ha convertido en una de esas joyas sin las cuales el pueblo se hundiría en su propio fango de mediocridad.
4 comentarios
Mr. Glasshead -
Mr. Glasshead -
Lucinda: lo cierto es que más allá del hecho de ir de putas en sí, lo que me mosquea es que luego encima no lo reconozca, es esa doble moral horripilante, porque no estaba ni su novia ni nadie al lado, por lo que tampoco era un compromiso para él responder. Y me fastidió más aún esa actitud de sobrado, "No" y te gira la espalda, como si los demás fuéramos privilegiados cada vez que se acerca (detesto esa actitud de reverencia en los amigos de mi pueblo).
Feliz año a los dos!
Lucinda -
Por lo demás, el chico parece una joyica. Lo del toque de campana es un detalle muy familiar; en algunas tabernas del centro de Madrid aún lo hacen y resulta, cuanto menos, entrañable (ruidoso, también).
Qué tipo, el José éste.
Rutenman -
Yo soy de la opinión de que los verdaderos héroes son aquellos que no gozan de la admiración de la mayoría de la gente.